Imagine ascending to the surface of alfresco metropolitanism, stepping into the environs of dynasties; indigenes, colonials, mestizos.
Your blinking hastens in the contrasting lucidity, eyelid inverse shutter reveals rippled golden dunes and a temporary transportation takes place, a million miles – it may well be (yes and no)- to splendour of Saharan sands, sullied by bellicosity.
In this age of austerity, three pesos is power, insight and awareness.
Iztapalapa via Africa.
Envisage ecclesiastical stone architecture.
Individual cognizance bears fruit. On the nod – female of the species, a fluffy ball of purr.
Look deep within, you will be bedazzled by palest blue feline ocular translucence swimming in a milky scleral sea – timidity, innocence.
If you wish, let yourself now be prostrate. Weariness envelops, close your eyes and allow the horizontal to renew.
Arch to the sky and visualize a sacred land. Envision the Huichol people fighting on in Wirikuta against mining interests.
One hour in Iztapalapa – inside looking out, piercing consciousness, invoking introspection.
With a plate of chicken guts in the middle of it all.
Imagíne ascender al superficie de metropolitanismo en al aire libre, tomando un paso a las inmediaciones de dinastías; genete indígena, colonial, mestiza.
Tu parpadeo acelera en la lucidez opuesta, apertura de párpado revela ondulación de dunas doradas y una transportación temporal ocurre, un millon de millas – puede ser (sí y no) – al esplendor de arenas del Sahara, manchado con belicosidad.
En esta época de austeridad, tres pesos es poder, perspicacia y conciencia.
Iztapalapa via Africa.
Imagíne arquitectura eclesiástica de piedra.
Conocimiento individual trae fruta. Durmiendo – mujer de la especie, una pelota peluda de ronroneo.
Mire profundo por dentro, te quedarás deslumbrado por ojos felinos, azules, pálidos, translúcidos, nadando en un mar lechoso esclerótica – timidez, inocencia.
Si quieres, permite que tu cuerpo este prostrado. Fatiga envuelve, cerre tus ojos y permite que lo horizontal te renueve.
Arquee al cielo y visualize una tierra sagrada. Imagíne la gente huichol luchando en Wirikuta contra los intereses de minería.
Una hora en Iztapalapa – dentro mirando por afuera, perforando conciencia, invocando introspección.
Con un plato de tripas de pollo al medio de todo.
Dar un recorrido a esta zona de Iztapalapa, es percibir los matices de la gente que ahí vive, sus tradiciones, su cultura. el amor con que se preparan para realizar la representación de la “Pasión de Cristo” y otras festividades que se llevan a cabo durante el año.
Aunque Iztapalapa es también conocido por su lado opuesto. pero aún así , considero que hay más cosas positivas que estigmatizan a esta zona del oriente de la Ciudad.
Me gusta tu poesía.!
iztapala es un lugar muy vivo con mucho movimiento y cosas para atraer los cinco sentidos.